«Las malvas somos criaturas sencillas. No somos muy exigentes. Crecemos casi en cualquier sitio. Quizá por eso no necesitamos estar a la defensiva ni emplear tóxicos. No es que nos guste que nos coman, pero no nos importa si nuestro mucílago te ayuda».

El poder de la suavidad 

Encontrarás malvas comestibles en tus caminatas por la montaña y en los menús de los chefs más creativos. Por eso, es posible que la malva (Malva sylvestris) proceda del término «maloche», que significa alimento para los pobres». Pero es una hierba muy codiciada, conocida desde tiempos ancestrales. El «alimento de los pobres» solo es un aspecto del nombre de la malva, también hay una historia con un toque más delicado, que se remonta a la Grecia clásica. La palabra griega para malva deriva de «malakós», que significa «suave» o «delicado», probablemente para describir el efecto relajante de la hierba. En la Edad media, la malva se convirtió en una especie de superremedio. Se llamaba «Omnimorbia», que significa «planta curativa para todas las enfermedades». Se empleaba como antídoto para venenos y para aliviar los dolores del parto. Así que las propiedades de la malva son tan variadas como sus 5 000 años de historia. 

Datos y cifras

1.800
La malva crece bien hasta aproximadamente 1.800 metros sobre el nivel del mar.
100
La malva puede crecer hasta 100 centímetros.

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